San Malaquías: profeta y sanador
San Malaquías, cuyo nombre real era O’Morgair, era un profeta de origen irlandés. Nació en el año 1094, en la ciudad de Armagh y murió en el año 1148, en Claraval. Durante su vida fue ascendiendo escalas de santidad en la jerarquía eclesiástica. De este modo, fue primero monje, después fue ascendido a abad, más tarde a obispo de Connor y, finalmente, ascendió a arzobispo de Armagh, su ciudad natal. Fundó el monasterio de Ibrach.
En el año 1138 decidió peregrinar a la ciudad de Roma, conociendo durante el viaje a San Bernardo, de quien se hizo muy amigo. Fue precisamente San Bernardo el autor de la biografía de San Malaquías. El primero acercó al segundo al pueblo llano, gracias a que puso de relieve la humildad y la sencillez de San Malaquías. Ese mismo año completó su peregrinaje, visitando al Papa Inocente II. A la vuelta se pasó por el palacete del rey de Escocia, a quien decidió hacerle una visita de cortesía. Se dice que durante su visita curó de forma milagrosa al hijo del rey. Malaquías quiso volver a repetir esta peregrinación en el año 1148, sin embargo no pudo ser, ya que se encontraba muy enfermo. Se dice que él mismo predijo su muerte ese mismo año, para el día 2 de noviembre. Acertó.
Una de las profecías más famosas de San Malaquías es la conocida como lista de los 111 Papas. Esta lista contiene los 111 Papas que habrá antes del fin del mundo, desde el que había en la época de San Malaquías, Celestino II, hasta el Papa siguiente al actual (Ratzinger), que sería el número 111. No obstante, se ha discutido mucho sobre dos cuestiones relativas a esta profecía. En efecto, por un lado, dado que San Bernardo no la mencionó en la biografía que escribió de Malaquías, no se sabe si realmente fue una profecía dicha por este o si realmente simplemente se le ha atribuido. En segundo lugar, puesto que las profecías rara vez eran dichas de forma clara y unívoca, no se sabe si con el fin del mundo el profeta se refería al fin de la Iglesia Católica, al fin de la religión cristiana o al fin del mundo, literalmente.
Sobre Irlanda profetizó que sería oprimida por los ingleses durante siete siglos (“una semana de siglos”), aunque permanecería fiel a la Iglesia y a Dios. Liberándose posteriormente de los ingleses. En este caso, San Malaquías acertó de lleno.