No existe ser humano en el mundo que esté completamente solo. Siempre, en algún momento de nuestra vida, una presencia más allá de todo razonamiento, toca a nuestra puerta.
Se dice que el puente entre el mundo que desconocemos y nuestro espíritu, entre nuestra alma y Dios, nuestro amigo, es nuestro Ángel de la Guarda.
El ángel, es un misterioso amigo que envuelve nuestro espíritu cuando más lo necesitamos, su voz es una melodía de cielos lejanos, un canto de amistad y Amor del más puro que conecta nuestra conciencia a la gran fuente que es Dios o el Universo.
¿Cuántas veces nos hemos encontrado hablando con alguien en la soledad de nuestro hogar, o en el camino mientras nos dirigíamos hacia algún lado? ¿Cuántas veces un soplo de inspiración nos iluminó el rostro? Mientras buscábamos alguna solución para algún problema, hablando con… ¿nosotros mismos?? Y de repente se nos encendió esa luz interior, esa solución tan buscada. Era la voz inmaterial de un Ángel, que conoce nuestras inquietudes y atento a nuestros pasos se encarga de transmitirnos una porción de Luz, un rayo de estrellas para que veamos y logremos un determinado objetivo.
A un Ángel no se lo ve con los ojos físicos, aún cuando sean los ojos los que transmitan esa información generalmente, porque la visión espiritual no necesariamente es captada de esta manera. Cuando decimos que vemos determinadas cosas del mundo espiritual en realidad nos referimos solo una convención lógica que surge de nuestra eterna costumbre de percibir el mundo a través de la vista.
Mucha gente está convencida de que los Ángeles tienen un lenguaje en particular. Por ejemplo, vemos que existen Ángeles con nombres extraños sin traducción alguna. Sólo un ritmo de consonantes, sin ninguna vocal y con pronunciación completamente extraña. También los hay con nombres extravagantes o con reminiscencia mística y que se comunican con palabras ininteligibles, al punto de que sólo el sujeto centro de la experiencia dice poder traducir.
Hay personas que han hecho un contacto angélico, y han dicho que el Ángel habla en un idioma extraño, fuera de lo normal y no tiene referencia inmediata con ninguno de los idiomas terrestres conocidos. No tienen un lenguaje como nosotros, ya que la voz es un fenómeno físico y desde el plano en que ellos están, nuestra física no tiene validez. Pero pueden transmitir un mensaje que nuestra mentalidad decodifica de acuerdo a los valores semánticos de cada idioma original, de cada cultura y lenguaje.
Por ejemplo, decir que el nombre de un Ángel es CXRTGBNM no tiene lógica para ninguno que quiera interpretarlo. Tiene lógica para la persona que mantiene subjetivamente ese nombre o significado, pero para nadie más.
Los nombres tradicionales hebreos nos han llegado a través de la religión y cada país y cada cultura cristianizada le ha puesto la pronunciación de su propia lengua, así es como por ejemplo, Mikeiel en hebreo es Miguel en castellano, Mijail en ruso, Michael en inglés, Michel en francés, Michelangelo en italiano y así sucesivamente con todos los idiomas que lo evoquen. Pero esto no es una característica que condicione nuestra invocación, porque el Arcángel Miguel escucha a cualquiera que lo evoque sin importar si su nombre se pronuncia en castellano, francés, inglés, etc.
No es necesario estar preparado intelectualmente para establecer una comunicación angelical. De hecho, ninguna entidad espiritual verdaderamente elevada se comunicará con un ser humano para que éste no le entienda. Invariablemente, cuando se produce una comunicación con un ser elevado el mensaje es fluido, claro sin rodeos y la percepción no se realiza mediante la activación del sentido del oído. En ese momento se activa un centro energético que está en la coronilla de la cabeza que es también denominado Chacra de la corona y tiene su relación física con la glándula pituitaria, dicho centro se activa y el sonido es espectacularmente claro. Ni siquiera existe en la tierra ningún aparato reproductor de sonido que logre semejante nitidez e impresión en la memoria. Ésta es una sensación que la persona que la protagonice, jamás olvidará, así se haya escuchado sólo una sola palabra. Pues la impresión es inmensa a comparación con el sonido terrestre e impregna todo su ser.
Los Ángeles son mensajeros de Dios, por eso no importa cuál sea la religión que se practique, siempre cualquier ser sobre la tierra, podrá invocar la protección angélica sin renunciar a sus creencias ni modificarlas en lo más mínimo.
Ariel: (Su nombre significa el pequeño león de Dios)
Cuando te levantes, después de haber dormido mucho, mientras camines y te prepares para tu jornada de trabajo, ve diciendo una plegaria, mientras te prepares un desayuno, haz una oración, cuando vayas rumbo a tus quehaceres diarios, murmura una oración. Verás que el día será mejor. Algo habrá cambiado muy sutilmente.
¿Quieres tener éxito? Busca oro en el espacio. Rocía con amor todo lo que hagas. Observa la maravilla de la vida y hónrala. Y si vieras muchas cosas que no te gustan o cosas feas, inventa algo bueno y hermoso para compartir. Enséñale al mundo a compartir la riqueza comenzando tú a compartir lo bello de tu mundo interior.